Bogotá y Cartagena, 4 de mayo de 2020. Tanto para las autoridades ambientales, como para las organizaciones no gubernamentales y las comunidades locales, la situación es clara. Para nadie es un secreto que las circunstancias en las que se encuentran las playas donde arribarán las tortugas carey (Eretmochelys imbricata) para su anidamiento no son las adecuadas. Esto, incluso para un país que diseña políticas públicas exclusivas para la conservación y cuidado de la fauna marina, sigue siendo un reto.
Para ello, y buscando compartir información sobre estas navegantes milenarias, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Parques Nacionales Naturales de Colombia, la Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique (CARDIQUE) y el Establecimiento Público Ambiental de Cartagena (EPA Cartagena), se unen nuevamente para alistar juntos los preparativos de un desove que se espera sea en las mejores condiciones.
Para hacerse una idea: mediciones hechas en Playa Blanca (Isla de Barú), el sitio preferido de la tortuga carey para recibir su descendencia, demostraron que mientras en el año 2008 eran fáciles de contar hasta 13 nidos en una misma temporada (siendo este valor un número bajo), en el 2019 solo se encontró uno. En términos prácticos esto significa que mientras en 2008 se contaron 1.481 neonatos, doce años después solo se contaron 63, es decir, el 96% menos de tortugas bebés nacidas.
Para el Ministro de Ambiente, Ricardo Lozano, “proteger nuestra biodiversidad es un enorme desafío en una época marcada no solo por el rigor con el que trabajamos para lograr ser ambientalmente responsables, sino por una pandemia que nos ha demostrado que somos absolutamente vulnerables como especie, y obligado a reflexionar sobre tantas acciones con las que desde lo cotidiano podemos ayudar a conservar el planeta”.
El Ministro destacó que será con la ayuda de las comunidades de Cartagena, y concretamente de Playa Blanca (sector del Parque Nacional Natural Los Corales del Rosario y de San Bernardo), como se obtendrán resultados satisfactorios en el cuidado y conservación de una especie de tortuga marina bajo riesgo y amenaza, en la mayoría de los casos, por actividades relacionadas con el turismo, los deportes acuáticos, los vertimientos y la contaminación de las aguas marinas con residuos plásticos.
En este mismo sentido, Luz Elvira Angarita, Directora Territorial Caribe de Parques Nacionales Naturales de Colombia, destacó que desde hace muchos años Parques Nacionales viene trabajando en los procesos de conservación de los hábitats de las tortugas marinas.
“En los últimos años, con el apoyo de Cardique y Minambiente hemos implementado estrategias para que esta conservación se dé en la zona de Playa Blanca. En esta playa tenemos una enorme franja de pastos marinos y una playa donde las tortugas han llegado desde hace muchísimos años. Este no solamente es un proceso institucional, debe ser un proceso en el que participen las comunidades y así lo hemos planteado. Lo importante es que estas comunidades afrodescendientes se empoderen de este proceso de conservación”.
Por su parte, el Director General de Cardique, Ángelo Bacci Hernández, indicó además que “las tortugas marinas juegan un papel clave en los ecosistemas marinos ya que son unos indicadores de calidad tanto en los ecosistemas sumergidos, como en las zonas de anidación. Teniendo en cuenta que se encuentran dentro de las especies amenazadas, es de gran importancia su conservación y protección para la debida gestión ambiental y salud de los ecosistemas”.
Las tortugas marinas, como la carey, durante mucho tiempo han sido cazadas para satisfacer necesidades y deseos de las poblaciones y aunque con el conocimiento de las especies, de sus hábitats y las políticas de protección y conservación, estas prácticas han disminuido en Cartagena de Indias al ser una ciudad costera y con vocación turística, a donde llegan miles de turistas por año y donde se presentan altos niveles de pobreza. Parte de su población encuentra una mejor remuneración en el aprovechamiento desmedido e ilegal de los recursos, esta especie se encuentra día a día en constante peligro sea por su caza o por el uso de sus ambientes naturales para la construcción de lugares de recreación y diversión humana.
Desde hace varios años, el Establecimiento Público Ambiental de Cartagena con el apoyo de la Policía Ambiental han desarrollado actividades de control y vigilancia en las zonas de mayor afluencia de turismo como son hoteles, restaurantes y centros de artesanías ubicados en el Centro Histórico, Bocagrande y Zona Norte; “gracias a estas acciones y actividades de capacitación y sensibilización con vendedores ambulantes y artesanos, se ha logrado disminuir significativamente la promoción y comercialización de piezas o partes hechas con tortuga carey; sin embargo, para que este esfuerzo obtenga mejores resultados, se necesita un apoyo conjunto nacional para enseñar a los ciudadanos en general los efectos de su comercialización y que su compra y consumo también son considerados como un delito. De esta manera cuando estos ciudadanos lleguen a Cartagena o a cualquier ciudad costera en calidad de turistas, no se genere ninguna demanda sobre este importante recurso”, señala Javier Mouthon Bello, director general del EPA Cartagena.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), autoridad mundial en cuanto al estado de los recursos naturales y las medidas necesarias para protegerlos, recopiló información en 58 países con resultados preocupantes sobre las condiciones de la tortuga carey.
Los resultados de los monitoreos realizados en playas de todo el mundo muestran una tendencia progresiva al descenso en el número de nidadas en cada temporada y Colombia no es la excepción.
Aunque agosto es el mes de mayor anidación, la tortuga carey empezará a aparecer pronto en el Caribe, específicamente en Playa Blanca, para poner sus huevos, lo que les permitirá al Ministerio de Ambiente, a Parques Nacionales Naturales, Cardique y al EPA Cartagena, con el apoyo de WWF y la Alcaldía Mayor de Cartagena de Indias, continuar con las acciones de conservación que lideran de tiempo atrás, en conjunto con las comunidades locales.
El Ministerio de Ambiente elaboró el Programa Nacional para la conservación de tortugas marinas y continentales en Colombia (2002) en busca de garantizar la supervivencia de todas las especies de tortugas presentes en el país, un trabajo coordinado con varias instituciones y la participación de la comunidad, y como punto de referencia para continuar aunando esfuerzos para la conservación de estas especies.